El relato del presenteEl paisaje cotidiano se despliega en narraciones

Las personas somos creadores de significados, le otorgamos sentido a todas las cosas y los hechos. Definimos los límites de nuestro territorio con definiciones acerca de lo que sentimos y lo que vemos. Vivimos dentro de una creación expresada a través de un conjunto de palabras que interpretan la conexión emocional con los hechos. Muchas veces, tratamos de manipular o controlar los eventos del mundo exterior para calmar la agitación de nuestro mundo interior. Tratamos de controlar en el mundo exterior lo que no podemos abodar en nuestro mundo interior.
Trazamos límites difusos sobre acontecimientos que cambian permanentemente sus formas. Todas los acontecimientos tienen posibilidades, que no encuentres posibilidades no tiene que ver con los eventos, sino con tus explicaciones acerca de esas situaciones. Puedes ser artífice de nuevas oportunidades; simplemente, examina los diferentes aspectos de las narraciones que sostienen la inercia. Sin contraste con nuevas referencias, la historia sostiene la inercia, nada nuevo ingresa a tu paisaje.

Extender los límites de las narraciones

Somos los creadores de las circunstancias que enfrentamos.
Hemos sido educados para la estabilidad. Por esta razón, abordamos la vida como si fuese un álbum de fotografías y solemos aferrarnos a una imagen afectiva del pasado. La consecuencia es que perdemos la conexión con la dinámica de los eventos porque miramos el presente desde el pasado y proyectamos esa fotografía en un tiempo lineal irreal. Nuestra mirada está sesgada por argumentaciones que se sostienen en determinadas referencias históricas. Si te preguntaras: ¿Qué realidad estás mirando?, podrías encontrar que tus explicaciones pueden definir las situaciones a la que te enfrentas como un territorio estimulante o un espacio de restricciones.

Descubrir los sesgos de la mirada

Si cambiamos las narraciones, transformamos el paisaje.
Vivimos en un guion que nos ubica en el paisaje que hemos diseñado. Si te preguntaras: ¿Cómo miras la realidad?, podrías comprender de dónde provienen las referencias que definen tus circunstancias, las raíces que determinan los límites de tu mirada. De todas maneras, la transformación de las narraciones no es no es un simple ejercicio de gramática porque las narraciones están atadas emocionalmente al cuerpo. El efecto de las conexiones emocionales se manifiesta en el tipo y el significado de las palabras que elegimos para construir el guion personal. ¿A qué palabras te aferras? ¿Qué emociones te mantienen inerte ante ciertas situaciones?

Hoja de ruta

Sutilezas transformadoras para redefinir el relato.
Incorpora otros personajes al relato. Abre la percepción del territorio a otros actores que forman parte de la dinámica cotidiana en la que participas.
Identifica historias entrelazadas. Explora las conexiones invisibles para comprender la interdependencia de los diferentes personajes.
Deja abierto el relato a nuevos finales. Aceptar lo nuevo, no significa resignarse a los acontecimientos, sino reconocer la presencia de determinados condicionantes.
Actualiza tus afirmaciones. Las certezas son cerraduras que permiten mayor o menor apertura a la vida cotidiana.
Libera tus nudos emocionales. Devuelve las emociones al cuerpo para calmar los pensamientos compulsivos.
Desafía tus hábitos. Introduce pequeños cambios en los comportamientos para alterar sutilmente la rutina.